miércoles, 10 de marzo de 2010

NOVENTA MINUTOS EN EL BERNABEU SON MOLTO LONGO....

Europa sentencia al Madrid. Y empezó a morir el equipo blanco por menospreciar al rival y su estilo definido, muy físico. Dejó escapar el equipo de Pellegrini al Lyon con vida tras una ilusionante primera mitad y acabó entregado a la pizarra de Puel y sus buenos movimientos tras el descanso; justo donde empezó a derrumbarse el equipo de Pellegrini. Cosas del fútbol.

Arrancó el Madrid decidido, con la lección aprendida y con un fútbol eléctrico, de circulación rápida, triangulaciones a un toque y mucha verticalidad. Con la linea de presión muy arriba, cada recuperación del Olympique se convertía en una nueva perdida y la velocidad del Madrid en todas sus acciones de ataque impedía al equipo de Puel ni tan siquiera rearmarse. Superaba el Madrid a golpe de tres toques y finalización cualquier intento del Lyon por replegarse. Con 1-0, y un sólo equipo sobre el campo, la eliminatoria parecía muy clara. Pasaba el Madrid y goleaba. Pero sobrevivió el Lyon. A pesar de firmar cuarenta y cinco minutos sin fútbol, entregado al rival y esperando simplemente la ejecución de su sentencia, perdonó el verdugo por dos veces (Higuaín) la muerte al moribundo y lo pagó. Porque el Lyon anduvo por el Bernabeu cuarenta y cinco minutos sin rastro de su pressing, sin tapar lineas de pase, sin asfixia a Guti y con unas muy descoordinadas ayudas entre laterales y centrales. Con Ramos campando a su anchas por la zona de un Cissokho perdido inutilmente en tareas ofensivas, el Madrid se colaba una y otra vez por banda derecha tras cada recuperación. Y esperábamos el segundo. Pero lo que llegó fue el descanso y un decálogo de como amortizar una charla en el intermedio.
Puel echo mano de su pizarra, tomó decisiones sobre el problema principal (el centro del campo francés), protegió su zona izquierda cambiando al central que acompañaba a Cissokho en las coberturas y adelantó unos metros el posicionamiento de su equipo para tratar de ahogar al Madrid desde Lass. Y se apagó el interruptor blanco. Con Granero y Guti con demasiados kilometros en sus botas, Kaká sin capacidad alguna para desequilibrar en la zona de enganche, Lass se erigió en la creación y a partir de ahí el Madrid sólo acumuló perdidas. Cristiano e Higuaín recibían balones con cuenta gotas y el paso de los minutos alejaba un poco más el peligro del área francesa, al tiempo que el Lyon arañaba metros y se atrevía incluso a dominar. Mejorando minuto a minuto su intensidad defensiva, los franceses empezaron a creer en ellos y acabaron de un plumazo con aquello de los noventa minutos en el Bernabeu son "molto longo". Gol de Pjanic. Se acabó el mito.
Con una fortaleza física superior a la suya en la zona ancha, tardó Pellegrini en apretar la tecla e introducir revulsivos. Se antojaba desde fuera imprescindible dar aire al centro del campo cuando la eliminatoria todavía estaba igualada, aunque los sacrificados fuesen Guti y Granero, pues ninguno de los dos llegaba ya al recorrido de ida y vuelta. Subestimó el Madrid al rival, creyó en la inmortalidad de cualquier genialidad de C.Ronaldo pero se olvidó que en Europa marcar fuera de casa es un pasaporte a la gloria. Lo buscó el Lyon y lo encontró, en la segunda mitad, con justicia merced a un genial Lissandro y a dos futbolistas tras su sombra, Delgado y Pjanic. Jaque Mate. Algunos ya deben estar enseñando la foto del culpable......
Y ahora qué? Se encargarán los diarios madrileños de crucificar a Pellegrini, enviarle a la hoguera y finiquitar su ciclo. Equivocó tal vez el chileno el tiempo de los cambios, discutible el de Diarra (¿había otra cosa en el banquillo? pero considero que los proyectos no dependen de un partido, ni tan siquiera de una media parte. Si Higuaín anota las dos que tuvo en la primera parte, el técnico no sería discutido. Si Kaká asumiese mayor protagonismo y justificase su coste en partidos como el de hoy (como sí ha hecho un gran Ronaldo), tal vez el técnico no sería discutido. Si la pelota hubiese entrado antes del descanso, nadie se acordaría hoy de Pellegrini. Siempre hay que buscar un culpable. Y en el Madrid siempre es el mismo. Aunque el sábado contra el Sevilla, algunos hablasen de exhibición. En lo bueno y en lo malo. Eso también era mérito de Pellegrini.

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